La estación de Balme se encuentra al fondo del valle de Chamonix, cerrando éste hacia la frontera Suiza. Sus pistas son lo más parecido a una estación española, ya que las pendientes son bastante más suaves a las de sus hermanas que conforman el espacio Mont Blanc Unlimited.
Descubramos de la mano de los miembros de descensoesquiclub, la bonita estación de Balme-Le Tour.
Las laderas son interminables cuando la nieve cubre los pastos hasta el fondo del valle, pero en esta ocasión y dado que nos encontramos a finales de la temporada, no es posible descubrir todos los rincones de la estación, ya que en los valles la primavera ya se siente con fuerza.
Esto no es impedimento para disfrutar de largas jornadas en Balme, en la que el grupo se siente muy cómodo por sus cuidadas pistas y por sus bellos fuera de pistas.
Pese al calor reinante en la zona durante nuestra estancia, la nieve se mantiene dura a primera hora y disfrutamos de la famosa “nieve babilla” después, nieve transformada en su justa medida en la capa alta, manteniendo la base dura para el deleite del grupo.
También disfrutamos de las bellas palas fuera de pista que se encuentran en su vertiente norte, hacia el bonito pueblo de Vallorcine, donde se entremezclan palas de mayor inclinación con un bosque bastante abierto en el que disfrutar sorteando los grandes árboles.
Y es que Balme esconde un sinfín de posibilidades freeride si la nieve lo permite, que en este caso no pudimos disfrutar de la nieve polvorón, pero que volveremos para verlo.
El lado norte, es la zona que nos cautiva y en la que más tiempo disfrutamos. Traspasados los límites de la estación, es donde se abre bajo nuestros pies la verdadera esencia de la estación, palas y tubos por doquier.
También hay tiempo para disfrutar de algún salto, como en este caso Ander volando la cornisa en Balme.
Eso si, el aterrizaje no es como lo esperado y la hábil cámara inmortaliza el momento para el recuerdo.
Reagrupándose el fenomenal grupo de descensoesquiclub que no quiere cerrar la temporada 2009-2010.
Tras el descenso, un poco de descanso en la silla que vuelve a dejarnos en los alto de la montaña para volver a descubrir otro bello rincón.
Y es que las insaciables esquiadoras del club, quieren subir una y otra vez.
También hay tiempo para sacar la vela, y ver alguna lección teórico-práctica del instructor de vuelo del club, Musty. Y es que en este viaje no faltó casi de nada, sólo el ansiado polvorón, que no hace más que alimentar nuestras ansias de volver y tomarnos la revancha.
Idoya escucha atentamente la clase teórica de Speed Riding.
Las vistas del Macizo del Monta Blanc desde Balrme son un regalo.
Las vistas hacia el glaciar de Argentiere tampoco tienen desperdicio.
Apenados, el grupo abandona la estación, con un claro objetivo, y es el de volver en invierno con San Paquetón, para acabar lo empezado en este viaje.
